"Esto del horario de verano es una lata, dijo la mujer. ¿Qué más da?, respondió el hombre. Se hace para ganar horas de luz y ahorrar en electricidad. Ya lo sé, insistió ella, pero es una lata. No sé por qué mañana ha de tener veintitrés horas en lugar de las veinticuatro de siempre. Hoy, la rectificó el hombre. ¿Qué?, le preguntó ella. Hoy, recalcó él, ya estamos en domingo. A partir de las doce de la noche ya se está en el día siguiente. Pues eso, ¿por qué he de perder una hora de mi vida?, prosiguió la mujer. Hay muchas cosas que no entiendo. Él se la quedó mirando. Ya la recuperarás en octubre, dijo. Y además, añadió ella molesta, ¿por qué hay que adelantar el reloj a las dos y no a otra hora?"
Braudel por Braudel (1999) | A. G. Porta
muy adecuado, yo estoy con la mujer.
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