a los que orbitan

un proyecto en forma de libro... una selección de textos agrupados... e ilustrados...
el desorden de un blog... las órbitas paralelas...
a los que orbitan...

monomanías y sinopsis

echo de menos mi nombre, su sonoridad desleída, el golpe vocal que me hace girar la cabeza en la calle cuando alguna madre grita casi un monosílabo enérgico y cansado a la revoltosa criatura que también gira su cabecita, pero no, no es mi nombre el que rebota en esas aceras empujado por ecos urbanos sino una forma de educación infantil. Se parece justo al final, cuando podría ser casi cualquier palabra.
Me empeño en firmar cada carta, e-mail o sms con mi nombre, en afianzar
la comunicación nominal en varios momentos de las presentaciones sociales, como si fuese algo digno de recordar antes que una mirada, un color de ropa, un olor. Nada funciona. Nadie me llama ya por mi nombre.
La cotidianeidad lo ha convertido en apodos diversos, unos fríos, otros cariñosos.
Cuatro letras. Dos consonantes. Dos vocales. Orden:
vocal
consonante
vocal (acentuada)
y consonante final, de aquellas que vibran en la laringe y se desdibujan
en la humedad ambiental.
La antigua magia de llamar a alguien por teléfono y durante unos instantes
no saber quién hay al otro lado se ha perdido por culpa de los aparatos
de hoy en día; al tener “tus” contactos incluidos en “tu” agenda, antes de descolgar ya sabes quién “es”, con lo que no tienes que decir tu nombre y el saludo es variable y connotativo, pero sobrepasa esa fase primaria de lenguaje fático que ahorra pasos comunicativos…
.
..

Echo de menos mi nombre cuando lo pronunciabas tú.

1 comentario:

  1. Os encontré gracias ha la palabra "monomanías" pues andaba leyendo un libro de Durkheim sobre el suicidio y comenzó a explicar cosas sobre las monomanías...el resto lo hizo google y lo que google a unido...

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