el hombre se arrepiente de algo inconcreto que es incapaz de definir por mucho que se esfuerza en recordar. Toda la lógica está en su sitio, es otra cosa, algo periférico lo que no le deja en paz.
Piensa que los contornos los límites de la lógica están rodeados por los instintos. Debe ser eso, se dice. Pero en el instante en que piensa en ello lo atrae al terreno lógico y se desvanece su esencia.
Vuelve a quedarse como antes, atrapado en un contorno un límite.
Sin definición se hace complicado el arrepentimiento lógico. Y el periférico resulta demasiado raro de gestionar.
Piensa que los contornos los límites de la lógica están rodeados por los instintos. Debe ser eso, se dice. Pero en el instante en que piensa en ello lo atrae al terreno lógico y se desvanece su esencia.
Vuelve a quedarse como antes, atrapado en un contorno un límite.
Sin definición se hace complicado el arrepentimiento lógico. Y el periférico resulta demasiado raro de gestionar.
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