De Caza
- Cógelo, venga, no así no, bestia, que lo estripas, tonto. Mira, mira cómo lo hago yo.
La niña se acerca con cuidado al saltamontes, se pone en cuclillas aguantando la respiración, mira con atención al animal, y con un movimiento rápido, lo atrapa, sujetando suavemente las alas del insecto con el dedo índice y el pulgar de su mano derecha. Es entonces, cuando sonríe a su amigo.
- ¿Ves? Es muy fácil.
El saltamontes hace aspavientos con sus patas en su afán de liberarse y la niña siente cosquillas en la palma de su mano.
- No puedes cogerlo con la mano porque si no siempre se escapa, sus saltos son rápidos y no podrías agarrarlo.
La niña observa al animal, saca del bolsillo de sus calzonas una bolsa de pipas vacía y mete en ella al saltamontes, que apenas tiene espacio para frotar sus patas traseras con el cuerpo para emitir un canto de auxilio.
- Se va a morir, no puede respirar...
- Ay, no seas agonía, pues si se muere, luego lo enterramos. Es lo que siempre hacemos mi primo y yo. El próximo que veamos lo coges tú. A ver si eres capaz, ya sabes, sólo tienes que acercarte despacio, quedarte quieto muy cerca de él, y cuando veas que lleva un rato sin moverse, entonces, ¡zas! lo coges por detrás, siempre por las alas, para que no escape.
La niña mira a su amigo, esperando que asienta, que muestre sus mismas ganas.
- No sé, parece difícil...
-¡ Qué va, anda, no seas capullo! A mi al principio me pasaba lo mismo, pero ya no se me escapa ninguno. ¡Mira! ¡allí hay uno! ¡te toca, venga!
sueños de syl
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Calzonas, estripar... ¿De dónde son esos niños? jejeje
ResponderEliminarMe gusta, muy bueno el rítmo y la imagen que describes.
Un saludo
Me alegro que te guste, ja,ja, las palabras "estripar" y "calzonas" me negaba a cambiarlas.
ResponderEliminarBesitos